No es el campesino quien invade la tierra
que le dió la revolución, sino el latifundista
que otra vez se apoderó de ella, frustrando
así la aplicación de la reforma agraria ".
LA situación impuesta al país hasta antes de 1910, por Don Porfirio Díaz, sus científicos y sus guardias blancas para sostener un régimen caduco creador de una gran diferencia socioeconómica, causa fundamental de todas las grandes conmociones sociales en la historia de la humanidad, en nuestro pueblo humilde posible la Revolución Mexicana encabezada por Francisco I. Madero e interpretada fielmente en el norte por Francisco Villa y en las sierras del sur por Emiliano Zapata; quienes dieron fuerza y contenido a la misma, principalmente este último al proclamar: TIERRA Y LIBERTAD y QUE LA TIERRA SEA DE QUIEN LA TRABAJA.
El éxito arrollador de estos caudillos despertaron al pueblo, fue la promesa hecha a todos y a cada uno de ellos en el sentido de que poseerían un pedazo de tierra una vez derribado el régimen. Pero en su mayoría los hombres que lucharon con las armas en la mano por un pedazo de tierra, no pudieron estar presentes en el banquete de repartición de la misma; y fueron los cobardes de siempre, los que permanecieron escondidos en las ciudades de los Estados Unidos de norte, los que vinieron a recoger el fruto de la Revolución.
Después de esto, el anhelo de los campesinos de tener un pedazo de tierra fue plasmado en forma humanística en el articulo 27 de nuestra Constitución y en el código agrario que de ése deriva; pero ha sido archivado por las autoridades que debían ser las encargadas de cumplir con este mandato constitucional y así vemos como en nuestro Estado, exceptuando el impulso que en forma tan amplia dió el General Cárdenas a la Reforma Agraria; a 23 años de aquello, esta ha sido frenada e inclusive retrocedida, pasando el artículo 27 a constituirse en letra muerta dentro de nuestra Carta Magna.
Por otra parte, nuestro Estado que desde el punto de vista geográfico, carece de tierras aptas para la agricultura en forma extensiva, por falta de cuencas hidrológicas, se ha ido agravando este problema por múltiples causas entre las que debemos citar: El haber secado el río Bravo, nuestros "buenos vecinos" destruyendo con ello la agricultura del valle de Juárez y en toda la cuenca del mismo hasta llegar a Ojinaga, el gran acaparamiento que de la tierra han venido haciéndolos usureros en todos los sistemas de riego del Estado, en contubernio con las autoridades agrarias y colonización; dándose el caso, para citar un ejemplo, que en el sistema de riego número 5 de Ciudad Delicias, una sola persona se ha adueñado de cerca de 40 lotes, desplazando con ello igual número de familias que constituían una fuerza productivamente activa; agréguese a lo anterior al aumento demográfico del pueblo en los últimos 25 años. Si esto sucede en lo que se refiere a las tierras de agricultura, en los terrenos pastales y forestales, la situación ha sido más aguda, pues estos están en manos de banqueros, comerciantes, industriales y altos funcionarios de la administración pública, habiéndose adueñado de ellas, haciendo uso de las formas más conocidas hasta la actualidad para originar el fraude, claro está, siempre en contubernio con la autoridades agrarias, empleados de la Secretaria de Agricultura y Ganadería y lo que es inconcebible, con la complicidad de los representantes de la C.N.C. y tiene que ser así, pues es la burguesía en el poder la que ha impuesto a estos empleados y representantes dentro de la administración pública. Así podemos observar como un administrador de uno de los ranchos ganaderos más grandes del Estado, ha escalado los puestos públicos más importantes, llegando a ser diputado federal y siendo en la actualidad digno (?) representante de los campesinos de la C.N.C.
LOS FRAUDES MAS UTILIZADOS SON:
Es el caso de la señora Pría de Pérez, esta señora y la anterior andan en la danza porque en el fraccionamiento simulado que realizaron sus maridos, les tocó un pedacito pequeño de tierra (47,555 hectáreas) a esta y 37,720 a la otra. En cuanto al gachupín Macario Pérez, poseedor de algunos latifundios en el norte de Durango, municipios de Villa Ocampo, Chihuahua y San Bernardo, Durango, teniendo además una finca cafetalera en Brasil que le costó medio millón de dólares, dinero saqueado a nuestra nación. A este gachupín, como a otros muchos indeseables, muy bien se les puede aplicar el artículo 33 de nuestra Constitución.
¿Estos casos no fueron invasiones? ¿esto es estar dentro de la ley? ¿a estos señores no se les puede aplicar el delito de disolución social?. Además de obligarlos el gobierno a pagar el fisco, el importe correspondiente por más de 20 años que han eludido este pago, con sus créditos insolutos, moratorios, multas, etc.
Se dice que la banca no quiere prestar dinero para inversiones en la ganadería, lo cual constituye una burda maniobra de banqueros, pues los latifundistas más grandes del Estado son los directores y más grandes accionistas de los bancos que existen; pero también desde hace mucho tiempo se ha estado insistiendo en la nacionalización de la banca privada para que el crédito se canalice a las fuentes verdaderas de producción.
Por otra parte queremos hacer notar que la mayoría de los expedientes que solicitan tierra tienen más de 10 años archivados, de tal manera que si el Presidente de la República resolviera en forma favorable para los campesinos esto no constituiría ninguna solución al VAPOR, pues los 10 años de apretarse el cinturón para aguantarse el hambre, solo nuestro pueblo lo hace y por este motivo será el dueño y constructor del México Nuevo. Además debemos hacer notar que muchos de los predios ganaderos que de acuerdo con nuestra Constitución otorga 5,000 hectáreas y que en su gran mayoría pasan de 50,000, son terrenos susceptibles de agricultura por sistema de bombeo ya que muchos de ellos tienen extensos mantos freáticos en el subsuelo (donde pueden formarse grandes núcleos de población y como ejemplo de esto; ahí tenemos el próspero ejido Benito Juárez del municipio de Buenaventura), que los latifundistas han tenido buen cuidado de ocultar, pues cuando sale algún pozo con abundante agua, ellos mismos en forma criminal, lo tapan con el fin de evitar se llegue a despertar el deseo de luchar de nuestra gente que espera desde hace tiempo poseer un pedazo de tierra para cultivarla.
Esto es a grandes rasgos la serie de violaciones a nuestra Constitución por parte de los latifundistas ganaderos y madereros principalmente.
La gran miseria en que vive la inmensa mayoría de nuestro pueblo.
La insultante diferencia económica de los latifundistas de toda clase y nuestra gente humilde.
La traición al campesinado de México por parte de autoridades agrarias y representantes de la C.N.C.
Todo esto ha empujado a nuestros campesinos a realizar LAS INVASIONES EN ALGUNOS DE LOS LATIFUNDIOS QUE EXISTEN, que la burguesía reaccionaria denomina con el nombre de "paracaidistas". Es la que ha formado la firme determinación en los campesinos que no poseen ningún pedazo de tierra a afiliarse a la Unión General de Obreros y Campesinos de México, que en nuestro Estado en forma tan valiente, honesta y activa ha dirigido el compañero y líder agrario Alvaro Ríos y de la cual es su dirigente nacional Jacinto López, única organización que defiende, en forma verdadera los intereses de los campesinos de México.
Dr. Pablo Gómez Ramírez
Febrero de 1963