Nació en la ciudad de Chihuahua en la colonia Popular en la Calle Aldama y 55a. en el Número 5507 un día 20 de noviembre de 1945. Sus Padres fueron Luis Martínez Salce y Silvina Valdivia Plascencia, originarios de la ciudad de Encarnación de Diaz ( La Chona ), Jalisco, los cuales se trasladaron a Chihuahua en busca de mejores condiciones de Trabajo dedicándose él al comercio de frutas y legumbres, estableciéndose a un costado del Hotel Napoleón a donde llegaba mucha gente proveniente del sur del país, construyó un puesto bastante grande en donde fue conocido poco a poco por la gente de los alrededores y haciéndose de buena clientela por muchos años, los hermanos mayores le ayudaban con las labores de atender a los clientes y para mantener un buen surtido de productos, hasta que fue retirado del lugar por obras que se hicieron en dicho Hotel Napoleón, teniendo que irse a trabajar al mercado de la Calle 4a. y Julián Carrillo. De chicos nos platicaba que a los 17 años tuvo que entrarle a la rebelión con los cristeros, que, aunque no era religioso no toleró mas los abusos de los soldados que llegaban al lugar donde vivía y los amedrentaban y les quitaban lo que tenían para sobrevivir, no tardó mucho y en una ocasión resultó herido en la cabeza y ya no regresó a incorporarse a la pelea. Su Mamá siempre se dedicó a las labores del hogar ya que le tocó atender a todos sus hijos, que no eran pocos 7 hermanos y 6 hermanas, por lo tanto no tenía tiempo para otra cosa más que cocinar, remendar y atenderlos a todos. Rafael era uno de los más activos, ayudando a su Papá, estudiando, con buen carácter y sencillez, haciendo muchos amigos en el barrio, ya que siendo unos de los pocos muchachos que estudiaban junto con sus hermanos, era muy querido por los muchachos de su edad, lo procuraban las pocas veces que estaba en la casa para irse a los campos de cultivo cercanos donde a parte de trabajar un rato se iban al río a pasarse una buena forma de camaradería, sobra decir que se metían a las huertas a robarse manzanas, duraznos y hasta hortalizas.
Estando en la Escuela Normal del Estado ponía en práctica en casa lo que aprendía, ya sea encuadernación, ayudándonos en los estudios y, sobre todo, aprendiendo música en su cuarto, aislado de la casa donde por horas se le oía tocar clarinete y saxofón.
Ya cuando iba avanzada la carrera tenía pláticas con sus Papás acerca de las ideas que el tenía sobre la desigualdad entre la gente, la pobreza que existía en los lugares donde andaba y decía que el tendría que hacer algo, a lo cual le decía su Papá que el tendría que ver primero por su familia, a lo que él respondía que en la casa no faltaba nada ya que como jefe de familia se había hecho cargo bien de todos y donde hay necesidad es en otros lugares.
Formó parte de la Orquesta Normalista, tocando casi siempre el Saxocañón, como lo nombraban ya que es un saxofón grande.
Se comprometió con toda su capacidad y espíritu de ayuda y lucha con las desigualdades que le tocaron vivir en las diferentes comunidades en que donde estuvo.
En lo personal, la Familia y yo estamos muy orgullosos que Rafael diera la vida y su sangre por la gente que el ni siquiera conocía pero que junto con sus compañeros dejaron a un lado su seguridad y su integridad física y moral por ellos.